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¡La profe Ana!




Soy profe porque entre muchas acciones cuando niña juegue hacerlo, a lo mejor ya estaba en mí la semilla de lo que hoy soy, puede que ejerza mi vocación: con ahínco, pasión, dedicación, profesionalismo, sin embargo lo más importante con corazón, para mi ser docente implica empatía en pensamiento, discurso, acción y más cuando he sido profe de niños, niñas y adolescentes de la ruralidad.


Una ruralidad que pide a gritos una educación de calidad y esto implica inclusión no solo desde las visiones de las instituciones educativas, o desde el discurso del candidato de turno, sino desde acciones políticas de alta gobernabilidad, lo acaba de decir Petro –Presidente de Colombia-(analizando los resultados del país en las pruebas pisa):” las reformas educativas han fracasado”, no se da la medida en matemáticas, comprensión lectora y pensamiento científico, ¿entonces qué hacer?.


Pueden haber infinidad de respuestas, algunas adecuadas, otras inapropiadas, otras utopías, otras de corazón, lo único cierto es que se requiere un cambio que revuelque realmente la educación colombiana, aquella que muestre realmente lo que somos, y lo que son nuestros jóvenes, en un mundo que exige saber varios idiomas, saber de inteligencia artificial, saber de inteligencia emocional, saber de medio ambiente, saber de cultura, historia y religiones en un mundo diverso donde la palabra es pensamiento crítico y acciones ante ello.


La educación desde las aulas que son su célula, he podido evidenciar que ya hay paso cortos en robótica, en bilingüismo, en pensamiento crítico, en liderazgo empresarial y también político (líderes del gobierno estudiantil), ojalá que esto sea el comienzo para currículos pertinentes en la sociedad del siglo XXI (tecnológica por cierto).


Retomo como inicie soy profe y hasta que muera lo seré, hoy terminé un ciclo en el Instituto San Andrés, sedes San Juan y la Cumbre, municipio de Quinchía Risaralda, agradecer a Dios por ponerme allí, aprendí mucho, di lo mejor, me llevo todo lo bueno compartido con estudiantes, pares, directivos, padres de familia, administrativos, puesto que, todos ya hacemos parte de la historia.


Para mí significo: progreso, fraternidad, elocuencia, liderazgo, generosidad, controversia, deporte, competencia, gestión, pero ante todo, amor por lo que hago y esto hace la diferencia.


Ser profe y tener el reconocimiento de mis estudiantes, humildad ante todo, con sus muestras de afecto: lágrimas, detalles, abrazos, palabras, me enseñaron que aprendimos en este encuentro (los llevo en mi corazón).


Por último agradecer a mi Divinidad, especialmente porque encontré dos despojados de su esencia perruna y hoy son una motivación para seguir (Mono y Juanito, los amo).

Bendiciones y gracias a todos por ser parte de mi viaje.


Ana María Unda Rocha

(La profe Ana)


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