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LA NUEVA RURALIDAD IMPLICA EQUIDAD E INCLUSIÓN

Actualizado: 12 oct 2020

“Las actividades del proyecto se basaron en el diseño de estrategias flexibles que facilitaran el acceso de los jóvenes rurales a la educación y en el desarrollo de procesos de formación y acompañamiento a los docentes y directivos para mejorar la calidad, pertinencia y relevancia de sus prácticas” ( Marcia y González 2019. Pg. 63 )

Ser Docente en Colombia en la zona Rural implica nuevos retos desde lo pedagógico, didáctico, contexto e institucionalidad, desde esa visión del Estado que postula terminología y propuesta: “Nueva Ruralidad” (Progreso, emprendimiento, acción educativa), No se duda en ningún momento que desde la retórica es aplaudible, sin embargo un fenómeno social tan importante no da resultado si no va jalonado por equidad e inclusión.

Desde mi experiencia como docente del modelo postprimaria hace tres años en las Sedes San Juan y La Cumbre, en grados de 6 a 11, Municipio de Quinchia Risaralda, he evidenciado: En lo pedagógico la dificultad que enfrentan los docentes; el acoplar los lineamientos del ministerio, el plan estudio, los módulos y las guías, puesto que las sustentaciones epistemológicas se confunden desde las diferentes perspectivas. Puesto que la mayoría de las Sedes Rurales tienen una Institución con sede central que es urbana (modelo educativo diferente) y el plan de estudio se centra en ella, quedan relegadas en su dinámica y acción la sedes rurales, a lo que se diga desde allí, y peor a lo que se decida, por ende el principio de contexto y autonomía que divulga el Ministerio de Educación en la Nueva Ruralidad queda por el piso.

“El maestro cree que lo que hay es que recitarle unas teorías pedagógicas que se hicieron hace mucho tiempo… hay unas posturas epistemológicas que al maestro lo van a ayudar, pero él no las tiene. Si las tuviera, sabría cómo articular la huerta de cebollar que tiene el niño sembrada en la casa con el aula. Incluso se genera una separación: por un lado, está la huerta con las cebollas y los tomates y, por otro lado, un libro con un 4+2+5” (funcionario Secretaría de Educación de Antioquia, entrevista, 2018. 29:56 min).

Cabe mencionar que desde la didáctica, la adaptación de guías es un proceso en el tiempo, para sincronizar el estándar, el DBA, el plan de estudio, los lineamientos a los momentos que exige el modelo (vivencia, fundamentación científica, práctica y aplicabilidad), por ende que repercuta en la calidad de la educación para los estudiantes del sector rural. No obstante se cree y piensa que los docentes lo deben hacer sin importar el contexto y la necesidad del estudiante, o sea producir en masa, olvidando que la educación no es un producto sino un servicio social, donde prima lo que se construye no lo que se impone.

Tan importante es el contenido como la significación; creo que es un principio de los modelos flexibles entre ellos (Pos primaria y escuela nueva) sincronizar la inclusión y lo epistemológico para que los jóvenes vean atractivo el formarse desde el conocimiento, además que se sientan identificados en su contexto, desde las temáticas. Por ende desde esta perspectiva el acto de enseñar y aprender debe ir ligada a la inclusión desde el allí (finca, parcela, desde el hogar campesino), y así poder decir que la Nueva Ruralidad tiene razón de ser.

¡Vaya reto ser docente de modelos flexibles!, puesto que en la mayoría de las ocasiones los docentes son juzgados y maltratados, por el mismo sistema, que les exige ser diferentes en el abordaje de su pedagogía y didáctica, sin tener en cuenta, que la Nueva Ruralidad no es solamente para ellos sino para las directivas, que le exigen a los docentes desde el absurdo que da el poder y no desde la sabiduría que brinda ser más que la autoridad misma:

“Porque uno mira que puede hacer cosas direccionando a sus compañeros. En general, uno como docente se mete a su aula de clase, a sus estudiantes, pero como coordinadora hay más amplitud de trabajar en equipo, llevar a cabo proyectos… mi experiencia cuando inicié como coordinadora fue muy bonita” (directivo docente rural, Buenaventura, Valle, entrevista, 2018, 12:20 min).

Por consiguiente la “Nueva Ruralidad” implica inclusión y equidad en las sedes rurales no es el discurso más apropiado desde la evidencia institucional, sino desde la vulnerabilidad que aún es el campo colombiano.

Afortunadamente lo más bello de educar en la ruralidad son su gentes, los niños y niñas y su contexto familiar son limpios de alma, poseen la ingenuidad que surge de crecer en medio de árboles frondosos, y con la serenata matutina de los pájaros, la amabilidad de su trato, situación que ofrece la naturaleza que da aire, alimento y vida. Estoy feliz de hacer parte de ella, pero confusa desde lo administrativo y lo institucional (los recursos son pocos y las necesidades muchas).

Por último todos estos niños y niña merecen lo mejor y excelente que ofrece la educación en Colombia, no desde la terminología: “Nueva Ruralidad” sino desde la equidad; sedes educativas dotadas con los mejor en tecnología (No Tomy 7 que es un negocio de las administraciones de turno que poco ha hecho la diferencia desde el aula, o tablets que son solo contenido mas no creatividad desde la tecnología misma), con escenarios deportivos dignos, para la enseñanza y práctica de todos los deportes, lugares que propendan por la investigación social, ambiental, empresarial, desde una visión activa y de progreso que sustenta la nueva ruralidad, no desde lo teórico sino desde la acción comunitaria y social que se vive, en torno al cultivo del café, del plátano, de la caña de azúcar, desde la complejidad de sus carreteras, y con la fortuna de sus gentes.

Bibliografía

Bautista Marcia Marcela, Gloria González; DOCENCIA RURAL EN COLOMBIA: EDUCAR PARA LA PAZ EN MEDIO DEL CONFLICTO ARMADO. DC Bogotá 2019. Coordinación Editorial Equipo Educación y Comunicaciones Fundación Compartir. Páginas 63, 169,173.

 
 
 

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